La implantación de un SGC es un elemento diferenciador frente a la competencia al transmitir imagen de liderazgo, distinción, prestigio, garantía y excelencia
Se traduce en una reducción de costes derivada de la disminución en el número de productos no conformes o de procesos y actividades que no generen valor añadido
Mejora la organización del trabajo, optimizando los procesos y simplificando la resolución de problemas
Garantiza la mejora continua
Asegura nuevas oportunidades de mercado
Ayuda a conseguir la satisfacción del cliente
